Las minorìas étnicas y religiosas en Espana

La Espana de la Edad Media bajo Alfonso VI de Castilla fue nombrada "Espana de las tres culturas" o sea, de las religiones del libro: Biblia (Cristianos ), Corán (Musulmanos ), Talmud (Judíos ). También existían otras minorías religiosas derivadas de las tres principales.
La estructuración y composición étnica de la sociedad andaluza, consistía en varios estratos, incluyendo los visigodos, los de ascendencia semítica y los árabes, los esclavos importados blancos y negros, y, por último, allá por el siglo XIV, los gitanos. Sus diferencias étnicas se conservaron muy marcadas, e influyeron en la orientación y las fidelidades de los respectivos grupos, especialmente en épocas de crisis. A estas distinciones étnicas se pueden añadir las distintas afiliaciones religiosas que también tuvieron una importancia decisiva y que, finalmente, acabaron en intolerancia y persecuciones.
No existen estadísticas fiables sobre la fuerza numérica de los musulmanes propiamente dicha, aunque es cierto que al principio fueron una minoría y consiguieron rebasar en número a cristianos y judíos ya en el siglo IX. No hay duda de que estaban unidos por el Islam, la lengua y la cultura árabes, y abarcaban un cierto número de grupos étnicos que estaban celosamente orgullosos de sus antepasados y de su procedencia. Debido a este espíritu de clan se pueden distinguir los siguientes grupos principales: árabes, beréberes, musalimah muladíes, esclavos.
Aunque eran una minoría étnica, los árabes fueron la clase gobernante desde el tiempo de la conquista en 711 hasta la caída de la dinastía Omeya en 1031, y tuvieron una posición predominante en la vida social, económica y poítica del país. Además de puestos importantes, fueron dueños de grandes territorios, ciudades, y fortalezas a las que dieron sus nombres, así como también dieron su lengua, el árabe, y su religión, el islam, a una gran parte de la población. Seguidamente, la fuerza numérica de los árabes aumentó grandemente debido a las adopciones y matrimonios con la población nativa. Los árabes se casaron libremente con las nativas, o las tomaron como concubinas y esclavas. Otros nativos se convirtieron en clientes y se identificaron con sus señores, aumentando las filas de los árabes y siendo en gran modo responsables del éxito de la islamización y la arabización. De hecho, adoptaron nombres árabes, costumbres, y genealogía, todo lo cual se convirtió en distintivo de <<arabismo>>. Los árabes o los que se consideraban como tales componían una gran parte de la población.
Los Bereberes fueron quizás el grupo más importante que participó en la conquista de al-Andalus, y constituyeron la primera oleada que entró bajo el mando de Tariq Ibn Ziyad, el cual consiguió conquistar una gran parte de la península. Seguidamente, formaron cierto número de estados independientes en las principales regiones de al-Andalus, como Badajoz y Toledo en el norte, y Málaga, Elvira, Granada y Algeciras en el sur.
Los ejércitos conquistadores de beréberes y árabes no se integraron nunca, y, tras la conquista, sus componentes se establecieron en regiones divididas por fronteras étnicas, tomando los árabes los valles fértiles y los beréberes la montañas. Al igual que los árabes, estaban divididos por lealtades de tribus y guerras internas, y sufrían la misma enfermedad que aquejaba a aquéllos: eran incapaces de presentar un frente unido en sus luchas bien con los cristianos o bien con los árabes. Su organización se mantuvo esencialmente tribal de espíritu, no solamente bajo los omeyas, sino también durante y tras el período de los reinos de taifas.
Los beréberes tenían lazos comunes con los árabes debido al Islam y, en menor grado, debido a la lengua arábiga, pero las relaciones entre los dos grupos estuvieron marcadas por constantes fricciones y sangrientas guerras. De naturaleza inquieta en
el norte de Africa y en al-Andalus, tenían un espíritu independiente, y frecuentemente se levantaron en abiertas sublevaciones que costaron vidas humanas y bienes
No obstante, los beréberes imitaron a los árabes en la lengua, la religión y las apariencias externas. Sus cortes fueron lugares de reunión de poetas y literatos y produjeron muchos eruditos, incluido el hábil poeta y literato Al-Muzaffar.Por otra parte, se encontraban asimismo los muladíes y musalimah que eran musulmanes de ascendencia española. Los autores musulmanes hacen distinción entre los dos grupos. - Los muladíes (muwalladun ), conocidos por los españoles como cristianos renegados, nacieron musulmanes de padres árabes o beréberes que se habían casado con mujeres españolas, costumbre muy corriente, sobre todo en tiempos de la conquista.Aunque se dan casos en los que los muladíes conservaron su nombre materno y se enorgullecieron de su ascendencia española, eran en general tan devotos como los musalimah. Con el tiempo llegaron a ser la mayoría de la comunidad islámica en al-Andalus, y pueden compararse con los muwali (clientes ) del Oriente. De procedencia étnicas diferentes, imitaron las costumbres, vestidos, y lengua árabes, y se identificaron con éstos hasta el punto de adoptar nombres árabes e incluso genealogías.Tambien estaban los saqalibah, pues muy a menudo, los omeyas consideraron que no podían fiarse de sus súbditos árabes, y menos aún de los otros estratos de la sociedad que se hallaban resentidos por su poder, y, en consecuencia, emplearon esclavos traídos del norte de Africa, cuenca del Mediterráneo, Francia, Alemania, y otros países europeos. Los saqalibah (esclavos ) hicieron su aparición en la escena política bajo 'Abd al- Rahman III, el cual los empleó en palacio prefiriéndolos a los pendencieros árabes y beréberes. Su presencia en la corte hace pensar en el Bagdad del siglo IX, cuando los califas abbasíes no podían confiar ni en árabes ni en persas, e hicieron uso de mercenarios turcos.Los saqalibah fueron en su origen cautivos, o esclavos procedentes del norte de España, Francia, Alemania, y los países del Este de Europa. Como esclavos, eran comprados en los mercados aún pequeños, y asimilaban fácilmente la lengua árabe y las prácticas religiosas y costumbres de la corte. Los no-musulmanes eran una minoría en el Imperio Islámico, y como tal, ocupaban una posición diferente de la de los musulmanes. La posición de los no musulmanes en al-Andalus era parecida a la que tenían en otros lugares del mundo islámico. Cristianos y judíos se asimilaron a la corriente central de la sociedad islámica y acabaron por ser arabizados hasta el punto de no distinguirse de los musulmanes. Se les concedió la protección de la ley religiosa basada en los preceptos del Corán, que consideraban a ambos grupos como <<gentes del libro>> (ahl al-Kitab ) o <<gentes del Contrato>> (ahl al-dhimmah ) por haber recibido la revelación divina.Como tales, se les permitía practicar sus propias religiones; tener una jurisdicción completa para el gobierno de los matrimonios, divorcios, leyes de alimentación, otros asuntos familiares y civiles; poseer propiedades; y ejercer toda clase de actividades laborales. Por otro lado tenían que pagar una capitulación (chizyah ) y una contribución territorial (jarach ) a cambio de protección; se les prohibía la propaganda de sus religiones; llevar armas, o ser testigos en contra de un musulmán en cualquier litigio que implicase a uno de éstos y a un no-musulman. En general, estos privilegios y restricciones entraron en el derecho canónico y formaron parte integral de él durante siglos. Es importante señalar que, de acuerdo con los textos de leyes, los no-musulmanes no podían edificar nuevas iglesias y sinagogas u ocupar puestos oficiales, pero en la práctica, levantaron numerosas iglesias y sinagogas en las ciudades recientemente establecidas, y muchos puestos importantes, incluido el de visir, fueron ocupados por judíos y mozárabes.- Al principio, los mozárabes constituyeron la población nativa que, según las indicaciones de que disponemos, acogieron con agrado y seguidamente aceptaron a los conquistadores musulmanes. Con el transcurso del tiempo muchos nativos se convirtieron al Islam. Un importante grupo, sin embargo se mantuvo fiel al Cristianismo, pero se arabizó bajo la influencia de la lengua y la cultura árabes. De aquí su denominación de mozárabes (arabizado, al-Musta'ribun ).Su posición como <<gentes del contrato>> les obligaba a pagar su capitación y contribución territorial a cambio de protección, y, como los judíos, tenían sus propios tribunales y gozaban de libertad de culto en su iglesias y monasterios. Aunque su posición no era igal a la de los musulmanes parecen haber vivido en armonía con éstos, y aunque en las grandes ciudades tenían sus propios barrios, esto no era obtáculo para que circulasen libremente en sus tareas cotidianas. Tenían sus propios jueces, pero los juicios que implicaban a un mozárabe y a un árabe requerían un juez especial que conociese las leyes musulmanas y el derecho común. A su cabeza tenían un gobernador o conde ('comes', árabe qumis ) que era un intermediario entre ellos y el gobierno central, y poseían sus propias leyes (Fuero Juzgo ) basadas en la visigóticas.Los mozárabes se destacaron en las principales ciudades como Córdoba, Sevilla, Granada, Murcia, Valencia, Toledo y Zaragoza, y un gran número de ellos vivieron en pueblos y áreas rurales, dedicándose a la agricultura.
Adoptaron a menudo nombres arábigos y el clero los criticaba frecuentemente por su abuso de las costumbres árabes, aunque en épocas de crisis política y económica eran propensos a resentirse y a desafiar a las autoridades musulmanas. Bajo 'Abd al-Rahman II algunos mozárabes fueron instigados por los clérigos a difamar la memoria de Muhammad con el propósito de ganar el martirio en vida y la bienaventuranza eterna en el más allá, y seguidamente se unieron y ayudaron a sus paisanos musulmanes próximos, los muladíes, en su sublevación contra el gobierno central.Por otro lado, los mozárabes se alistaban a menudo como mercenarios en los ejércitos musulmanes y lucharon contra sus correligionarios del norte. También ocuparon importantes puestos en las cortes de los gobernantes musulmanes, desempeñando un papel destacado en la vida social, económica, política e intelectual del país. Los matrimonios entre ellos y los musulmanes no eran raros, y, a menudo, un musulmán se casaba con una mujer mozárabe que continuaba practicando su religión cristiana. Con frecuencia, los miembros de una misma familia tenían diferentes creencias religiosas, algunos profesaban el islamismo y otros el cristianismo. Hablaban lo mismo el árabe que el romance, y eran los mejores intermediarios entre los musulmanes y los cristianos del norte, contribuyendo así a la trasmisión de ideas. De hecho, su influencia en las costumbres, armas, monedas, artes y arquitectura del norte de España fue enorme.El papel de los mozárabes en el proceso de intercambio sociocultural no puede menospreciarse. Gozaron de tranquilidad bajo el dominio musulmán en el siglo X, especialmente durante los reinados de 'Abd al-Rahman III y al-Hakam II, y contribuyeron enormemente a la vida andaluza como artesanos, constructores, funcionarios públicos y escritores. Ls fascinaron la lengua y la cultura arábigas, y, aunque no se ha hecho un estudio detallado de su producción literaria en árabe, existen indicios de su actividades literarias y su interés por las ciencias árabes. El obispo Recemundo, conocido en árabe como Rabi Ibn Zayd al-Usquf al-Qurtubi, fue un gran conocedor de estas últimas y escribió sobre astronomía, y, en 955 aproximadamente, fue enviado en misión diplomática a Alemania y visitó Jerusalén y Constantinopla. Arib Ibn Sa'd, un renegado, fue un consumado médico y sirvió de secretario a 'Abd al-Rahman III. En general, hasta el siglo XI prevalecieron una avenencia y una tolerancia poco comunes entre musulmanes y cristianos, pero a partir de la gran revuelta de 1009 y la desintegración política de al-Andalus, los mozárabes se hallaron apresados en una red de fuerzas contendientes, y al igual que el resto de la población fueron víctimas del desorden y la falta de ley. A continuación la inestabilidad de la situación en al península bajo los reinos de taifas puso a musulmanes y mozárabes en una débil posición, y se deterioraron sus hasta entonces buenas relaciones. Con las infiltraciones de los cristianos del norte en territorio musulmán, el problema de los mozárabes no fue de nacionalidad, sino de interminable conflicto hasta entonces insignificante y que se convirtió crecientemente en factor divisor y causa de fuerte tensión social e intolerancia religiosa. Como resultado de esto, los mozárabes fueron sujetos a severas disposiciones por los almorávides y los almohades, y se les obligó a llevar ropas especiales para distinguirlos de los musulmanes. Mientras éstas y similares restricciones tenían lugar bajo el dominio musulmán, medidas aún más represivas estaban siendo aplicadas a aquellos musulmanes que vivían bajo dominio cristiano.Los moros y mudéjares Debido a la constante lucha entre los musulmanes y los cristianos del norte de al-Andalus, es difícil determinar el número de musulmanes que vivían en territorio cristiano o bajo su dominio. Sin embargo, durante el siglo XI, y en especial tras la caída de Toledo en 1095, se puede suponer que un gran número de musulmanes vivían bajo dominio cristiano, y recibían el nombre de moros, vocablo probablemente derivado de Mauritania en el noroeste de Afica. En general, la designación de 'moros' se aplicaba a los beréberes, mientras que los árabes puros eran conocidos como 'alárabes'. Tras la reconquista, los musulmanes que se vieron forzados a convertirse al cristianismo fueron llamados 'moriscos', y los que permanecieron fieles a su religión y vivieron en territorios cristianos 'mudéjares', del árabe mudachchan, que significaba 'manso' o 'al que le es permitido quedarse'. Su número aumentó enormemente en proporción al avance de la reconquista, que terminó en 1492 con la caída de Granada.A los mudéjares al principio se les permitió vivir en territorio cristiano a cambio del pago de impuestos, y además, los gobernantes cristianos hicieron uso de sus aptitudes para el comercio, la industria, la agricultura, las artes y la arquitectura, y les concedieron libertad de culto, sus propias costumbres, y organizaciones de gobierno local. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, las duras medidas encaminadas a desislamizar y desarabizar a los mudéjares contribuyeron no sólo al declive y desaparición de su herencia cultural, expresada en las prácticas religiosas, costumbres y lengua, sino también a su consiguiente exterminio y expulsión.http://www.neloph.com/islamespana.htm

A los mudéjares al principio se les permitió vivir en territorio cristiano a cambio del pago de impuestos, y además, los gobernantes cristianos hicieron uso de sus aptitudes para el comercio, la industria, la agricultura, las artes y la arquitectura, y les concedieron libertad de culto, sus propias costumbres, y organizaciones de gobierno local. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, las duras medidas encaminadas a desislamizar y desarabizar a los mudéjares contribuyeron no sólo al declive y desaparición de su herencia cultural, expresada en las prácticas religiosas, costumbres y lengua, sino también a su consiguiente exterminio y expulsión.

Fonti:
http://www.neloph.com/islamespana.htm